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La búsqueda de colegio es un tema complicado que puede llevar tiempo. Merece la pena sopesar varias posibilidades hasta estar seguros de que tomamos la mejor decisión para el futuro de nuestros hijos.

¿Por dónde empezar?

Un primer paso consiste en definir si queremos para nuestros hijos una enseñanza pública,  privada o concertada.

Centros públicos
Imparten los ciclos educativos obligatorios (6-16 años). La gestión la lleva a cabo el Minsterio de Educación, Ayuntamientos, Diputaciones, Comunidades Autónomas, etc. La enseñanza es laica y gratuíta. Los criterios de admisión incluyen aspectos tales como la renta familiar, la proximidad del centro con el domicilio y la presencia de otros hermanos o hermanas en el centro, por lo que algunas familias ven limitadas las posibilidades de que sus hijos puedan acceder a un centro determinado.
Centros concertados
Son privados que llegan a acuerdos con la Administración para que sean subvencionados, en gran parte, por fondos  públicos. Deben seguir ciertas normas del Ministerio de Educación. La mayoría de ellos están regidos por religiosos, con ideario propio.
Centros privados
La educación es financiada por los padres y madres y gestionada por una persona física o jurídica.  Mantienen un ideario, siempre dentro del respeto a la Constitución y a los derechos universales.
Los motivos para elegir un tipo de centro u otro son muy variados, y depende, sobre todo, de las prioridades de padres y madres. Para unos puede ser importante que el colegio esté cerca del domicilio familiar; para otros, que disponga de unas buenas instalaciones; o que tenga una amplia oferta de actividades extraescoleres; o bien que se impulse el dominio de los idiomas.

Factores que cuentan

En esa decisión es muy importante el factor económico. Los recursos de los que dispongamos en nuestra familia son determinantes a la hora de elegir un modelo u otro. Quizás nos gustaría ir a un colegio privado, pero nuestros ingresos no pueden asumir ese gasto. Entonces, la decisión parece fácil: un colegio público.
Sin embargo, hay otras razones más allá de las económicas para querer elegir para nuestros hijos la enseñanza pública, tales como una supuesta mayor preparación del profesorado, o la mayor oportunidad de contacto y convivencia con niños de diferentes zonas geográficas y estratos sociales.
La calidad de la enseñanza es otro de los factores más determinantes. Hay colegios públicos con un justificado excelente prestigio, mientras que otros no cuentan con esa garantía de calidad. Y al revés: el que un centro sea privado y cueste más dinero no es garantía de que vaya a ser mejor.
Veamos cómo funcionan las diferentes opciones.
Economía

Como ya hemos señalado, los colegios públicos están totalmente cubiertos económicamente por el Estado, al menos en la enseñanza obligatoria.
En los concertados, la enseñanza está subvencionada por el Estado en su mayor parte, pero no en el resto de los servicios (comedor, transporte, actividades extraescolares, asociaciones de padres...), que corren a cargo de los padres. Por ello, un colegio concertado puede llegar a costar bastante más que uno público.
Los centros privados no reciben estas ayudas ni ningún otro tipo de financiación, y son los padres o tutores de los alumnos los que tienen que asumir el coste íntegro de la formación y servicios que se contraten (ruta, actividades extras, comida, seguro escolar, material escolar y uniforme si lo hubiera, etc.).
Educación

Ya hemos dicho que ninguna de las opciones garantiza, por si misma, una enseñanza de calidad; por eso hay que estudiar cuidadosamente cada una de las posibilidades, se trate de un centro público, privado o concertado.
Actividades

Hay que estudiar muchas variables y elegir bien. Evidentemente, la oferta de extras en los centros privados suele ser más extensa, porque de ahí procede una buena parte de sus ingresos. Por esta razón, quizás dispongamos de más actividades deportivas, mejores instalaciones, más oferta de idiomas y, en general, más opciones de cursos extraescolares. Aunque, como hemos dicho, no todos los privados son garantía de calidad.

También es importante tener en cuenta:
  • La orientación religiosa o laica
  • La calidad del profesorado
  • Las instalaciones del centro
Y si hay servicios como:
  • La ruta para facilitar el desplazamiento de los alumnos
  • Las facilidades informáticas
  • La biblioteca
  • O las actividades extraescolares

 

Comedor escolar, deportes, actividades extracurriculares...

Son muchos los detalles que los padres deben observar en las visitas a los colegios cuando lleven a cabo la selección.
Naturalmente, si hay comedor es importante conocer qué tipo de menús y alimentos se ofrecen, si se trata de una  dieta sana y el nivel de calidad de la comida.
Los precios de todos los servicios también serán muy importantes, sobre todo si se trata de un colegio privado. En los colegios públicos el gasto por alumno al año puede ser en torno a los 100 euros y en los concertados, en torno a los 300 euros al año. En los privados, que carecen de subvenciones públicas, puede estar el gasto en torno a los 2.500 euros de media de gasto anual por alumno. Evidentemente esta cantidad depende mucho de los servicios contratados.
Finalmente, las asociaciones de padres y su participación en el papel que toman en las decisiones también es muy importante, y algo sobre lo que conviene tener información previa.
Como conclusión, es fundamental obtener la mayor cantidad de información sobre el centro o centros que estemos valorando. Evidentemente, hay que visitar el propio centro, observando todos los puntos citados anteriormente, qué tipo de ambiente hay, qué instalaciones tiene, con qué recursos formativos cuenta, qué valores se le van a transmitir allí, así como el ambiente que se respira en el colegio en cuanto al nivel sociocultural.
Para ello deben establecerse reuniones con los encargados de los centros y preguntarles todas las cuestiones que tengamos en mente, estar atentos a las respuestas y, una cosa muy importante, leer entre líneas para obtener las conclusiones más acertadas.
Todo esto sin olvidar hablar con otros padres que ya llevan a sus hijos a esos centros. Eso ayuda mucho a conocer el grado de satisfacción real que existe entre los que ya son usuarios del centro.